SEUL 88

Dirijámonos a la final
olímpica, mejor dicho de ese quinto set. Esa última jugada, donde a GinaTorrealva no le levantaron bien ese balón. Era demasiado riesgo para una
definición de medalla de oro. Al final ese mate fallido fue como un disparo al
aire que nos dio a todos en el centro del corazón. Después de veinte años viendo
esas imágenes una y mil veces. Aquel mate final de Gina.T supera al bloqueo
soviético y así consigue que todos los que madrugamos ese 29 de septiembre de
1988 podamos reconciliarnos con el pasado de la gente que confiaba en ellas. También
puedo observar en los archivos cuándo, minutos antes, Cenaida Uribe no culminó
ese *match point*que tanto había buscado Perú. Aquella medalla de plata del vóley peruano en Seúl 88
es, sin duda, el más grande logro colectivo del deporte nacional en toda su
historia. El 29 de septiembre se cumplen
veintisiete años de esa penosa final con la desaparecida Unión Soviética. Nadie
se olvida de que el Perú no durmió en esa madrugada y que a lo largo y ancho
del territorio nacional, como diría Lucho Yzusqui, las antenas se calentaron
sin necesidad de que salga el sol. Fueron varios madrugadas en aquel septiembre
de 1988, con las infaltables voces de Yzusqui o de Miguel Portanova, con la canción
“Vóley peruano? de *José Escajadillo* como antesala a cada partido. El 3-0 ante
el “ex hijo? Brasil, el inigualable 3-2 ante China y las angustiantes
definiciones (también por 3-2) con Estados Unidos y Japón. Una campaña que
bordeó con lo impecable y que merecía terminar mejor. ¿Qué pasó? ¿Por qué
después de ir 2-0 arriba las soviéticas nos voltearon el encuentro? Yo solo sé
por personas y familiares que conozco solo en esa mañana hablaban del partido,
con muchas dudas que nadie tenía ganas de responder.

Quizá pueda reunirlas y agradecerle por las madrugadas de
septiembre de 1988. Para pensar en tiempo presente. Mientras tanto, repito unas
cuantas veces más ese video de la última jugada y rescato la ilusión de que un
día lejano el Comité Olímpico Internacional decida ratificar las medallas
ganadas en los Juegos del ayer. Me imagino una suerte de sacramento de la
confirmación con las preseas obtenidas. Así, cuando convoquen a las ganadoras
del vóley en Seúl 88 se darán cuenta que la Unión Soviética ya no existe y
podrían decidir que ese seleccionado peruano nunca tan glorioso y gozoso ocupe
el lugar de quien no está. Punto para Perú ¿Sería lindo no? Han pasado
veintisiete años y un feroz crítico puede acusarnos de revivir el pasado sin
proponer nada para el presente. ¿Qué falta ahora en el vóley? ¿Tan lejos
estamos? Hace seis años, Perú llegó al Mundial de Japón y le jugó de igual a
igual a Serbia, Turquía y Cuba. ¿Y entonces? Llegó un nuevo técnico para
reemplazar a Carlos Aparicio, un brasileño (Ennio de Figueiredo) que dirigió a
su país en la década del setenta y ochenta (cuando Perú lo paseaba) y que nunca
se actualizó. Para colmo, este señor desembarcó a Elena Kledibekova, una de las
mejores jugadoras del Perú en ese mundial japonés y la mejor levantadora
(puesto clave) que tenemos en la actualidad. Se desarmó todo. Al Preolímpico de
enero en Lima, llegaron jugadoras lesionadas de Europa (Patty Soto, por
ejemplo) y el desastre se consumó ante la bisoña Venezuela.
El año pasado una generación de quinceañeras
llamó nuestra atención cuando clasificó al mundial de su categoría (una suerte
de jotitas de los mates). Había material para comenzar con el crecimiento pero
una decisión dirigencial equivocada trajo al entrenador menos ideal. ¿Y ahora
qué nos queda? Comenzar de nuevo, con jugadoras que nunca pongan pretextos para
dejar de venir desde Europa, con un régimen de entrenamiento sin descanso y con
un técnico decente (el lugar sigue vacante, es decir seguimos perdiendo
tiempo).
Hace falta presupuesto para proponer giras,
multiplicar los amistosos y jugar, incluso, con clubes de primer nivel del
extranjero (ese equipo que jugó en Seúl 88 se pasaba temporadas en Asia
enfrentando al Ito Yokado de Japón). “Nosotras jugábamos 200 partidos antes de
cada torneo importante?, me dijo Cenaida Uribe hace pocos meses. Hoy, Natalia
Málaga se calienta y dice que falta compromiso en la dirigencia, cuerpo técnico
y en las mismas jugadoras. Hoy, jugadoras como Luren Baylón que acusan a la
Federación Peruana de Vóley de abandonarlas cuando sufren alguna lesión. Todo
mal, desde cualquier punto de vista. ¿Ustedes qué dicen?
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